Ojo a la carta de este restaurante, con un toque calentorro....
Se trata de un plato a base de anillas de calamar cocinadas en “ordas de Cabernet Sauvignon” con perejil y tomate fresco picado, horneado con masa de hojaldre a la pimienta rosa (pa puristas)
El chef advierte: “este plato es fuertemente afrodisiaco: garantizamos su eficacia, pero no somos responsables de las consecuencias”
A mí lo que más me mola es ese símil de la chavala dándole latigazos al tiburón… la vida misma.
Ninguno de los asistentes a la cena se atrevió a catar este manjar, no fuera a ser... aunque tenía buena pinta.
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